sábado, 31 de julio de 2010

AMOR



AMOR

Amar es este tímido silencio
cerca de ti, sin que lo sepas,
y recordar tu voz cuando te marchas
y sentir el calor de tu saludo.

Amar es aguardarte
como si fueras parte del ocaso,
ni antes ni después, para que estemos solos
entre los juegos y los cuentos
sobre la tierra seca.

Amar es percibir, cuando te ausentas,
tu perfume en el aire que respiro,
y contemplar la estrella en que te alejas
cuando cierro la puerta de la noche.

Salvador Novo


En el libro de Bioy Casares, Jardines ajenos, encuentro estos versos anónimos, de alguien, a quién todavía no le suspendió la vida.


Saques cinco en física,
saques lo que sea en anatomía,
lo único que pretendo
es que seas sólo mía.

Estudiando mucho estás
mi dulce, divino bombón,
pero nunca te desalientes
pues tuyo es mi corazón.

Mi mente todo el día
en una lucha dura está
pero con tu corazón
seguro que vencerá.

Nunca me dejes mi vida,
nunca me dejes mi amor,
pues, si me dejas, seguro
que mi alma muere, de dolor.

miércoles, 28 de julio de 2010

LA REVOLUCIÓN NO TIENE VERDUGO



"Se derraman más lagrimas por plegarias atendidas que por las no atendidas"
S. Teresa


Luis Martín Guzmán escribió un libro titulado El águila y la serpiente. En éste libro, se habla de México, la revolución y sus protagonistas, Villa, Zapata, Obregón, Gutiérrez.
Luis Martín Guzmán nos cuenta dos episodios de los que fue testigo:

Tras tomar en combate una aldea, un general del ejército revolucionario se enfrenta al problema de pagar a las tropas. No tarda en dar con la solución: manda a su ordenanza que detenga a las cinco personas más ricas de la aldea y que le diga los nombres. Su ordenanza las encuentra con facilidad y las lleva ante el general. Éste hace dar un paso al frente al primero, Carlos Valdés, y le dice: "Señor Valdés, en virtud del poder que se me ha otorgado le doy doce horas para depositar cinco mil pesos en la tesorería de la brigada". Al segundo le da quince horas para depositar seis mil pesos; al tercero , dieciocho para siete mil pesos; al cuarto, veintiuna para ocho mil pesos; al quinto, veinticuatro para nueve mil pesos. Cuatro de ellos se quedan boquiabiertos, pero uno, el primero, protesta: "¡Doce horas para depositar cinco mil pesos! Ni en sueños. No podría reunir toda esa plata ni en un año, se lo juro, no digamos en doce horas. Así que conmigo no tiene que hacer esperar al verdugo: mándeme ahorita a la horca...". Irritado y solemne, el general respondió: "La revolución, señor Carlos Valdés, no tiene verdugo y tampoco lo necesita".
Hizo de verdugo un cabo, y al día siguiente, a las siete y cuarenta y siete de la mañana, Carlos Valdés fue ahorcado. Los otros cuatro, tras asistir a la ejecución, pagaron. Más tarde contando los pesos, el general dijo a sus ordenanzas: "Han pagado todos". "Todos menos Valdés", repuso el ordenanza. Y el general: "Yo ya sabía que no iba a pagar. No tenía ni para su entierro. Pero, si lo colgaba, estaba seguro de que los otros pagarían".

Segundo episodio. Guzmán va a ver a Villa y lo encuentra al lado del telégrafo, indignado y nervioso, esperando noticias sobre una batalla que sus hombres estaban librando. El telégrafo empieza a repiquetear: han ganado la batalla, ha habido tantos muertos, tantos heridos, tantos prisioneros. ¿Qué hago con los prisioneros?, preguntaba el comandante de la columna. La pregunta irritó a Villa: "¡Cómo! ¿Qué hacer? ¿Qué es lo que se debe hacer? ¡Fusilarlos!". Luego, dirigiéndose a Guzmán y a un tal Llorente que estaba con él: "¿Qué les parece, caballeros? ¡Preguntarme a mí qué hay que hacer con los prisioneros!". Y, una vez que hubo dado la orden de fusilarlos, vuelve a preguntar: "¿Qué les parece?". Pálido como un muerto pero firme, Llorente responde: " Con toda franqueza, general, a mí me parece que no es una orden justa".
Guzmán cerró los ojos, esperando que Villa sacase su pistola y castigase esa desaprobación. Sin embargo, pasado un momento de silencio, Villa, con tono pausado, le pidió a Guzmán su opinión. Y entonces Guzmán le dijo: "Mi general, el hombre que se rinde perdona la vida de otro, u otros, dado que renuncia a morir matando. Por ello, quien acepta la rendición está obligado a no condenar a muerte". Villa lo miró fijamente, luego se puso de pie de un salto y casi gritando le dictó una contraorden al telegrafista, exigiendo respuesta inmediata. Llegó veinte minutos después, veinte minutos que Villa pasó muy angustiado. Cuando supo que los prisioneros estaban salvos, "agarró un pañuelo y se lo pasó por la frente para enjuagarse el sudor". Esa misma noche, en la cena, dijo a a Guzmán y a Llorente: "Muchas gracias, amigos, muchas gracias por lo de esta mañana, por el asunto de los prisioneros..."

lunes, 26 de julio de 2010

LA NOSTALGIA



LA NOSTALGIA

La nostalgia que siempre invade
que llega silenciosa
y esconde su cara.
La certeza de la ida
los recuerdos y la ausencia
el tiempo que nunca cesa
el silencio que me asombra
y luego
la soledad de siempre.

Matilde Albert


NO VOLVERÁ

No volverá
como el calor que el pan exhala,
esta mitad ya de tu vida,
no volverá a entibiarte aquella sangre
que ya corrió.

Inhábil como un niño,
tu jaula mal cerrada sus pájaros dispersa;
al viento van tus días,
despedazados aleteos.

Lo que ha sido tu vida,
sobre la tierra ahora tiene menos peso
que la huella de un beso
posada en una frente.

O como una palabra
(menos aún que un beso);
¿y a quién se la dirás?
¿a quién le confiarás que amaste, odiaste,
tuviste un día el tiempo entre tus brazos?
El nombre del pasado no quiere decir nada
si no es para los labios que lo dicen.

Buscarás en el peso del silencio
lo que el presente duramente trenza,
y para tener algo entre las manos,
no dirás «he vivido»,
no hablarás esas sílabas
que conmueven tan fugitivamente al aire...

Tomás Segovia

P.D. Pintura de Ángel Planells

miércoles, 21 de julio de 2010

POEMA Y PALABRAS PARA UNA BODA



Debiera de servir en este trance,
si sirve en otras muchas ocasiones,
vestir con las palabras emociones...
Mas no resulta fácil este lance.

Que, con o sin perdices, seáis felices.
Que la fortuna que impregna este instante
perdure en el tiempo y sea constante.
Que sepáis disculpar los deslices.

Y el paso de los años, incesante,
no pueda con el brillo de esos ojos,
hoy limpio, transparente,deslumbrante...

Que compartáis atardeceres rojos.
Cada aurora os descubra como amantes
y líbrese vuestro amor de despojos.





Al veros aquí me surge una pregunta: ¿cómo habéis llegado hasta aquí? El banco de los contrayentes es un sitio muy raro. Muy común, pero muy raro. Uno está ahí porque ha tomado la decisión, que se toma pocas veces, de poner en juego su vida de una forma consciente y voluntaria.
El riesgo consiste en haber puesto la vida el uno en las manos del otro o al menos por depender del otro para la felicidad, para el crecimiento, para la simple tranquilidad.
Al fin y al cabo un matrimonio es como el misterio de la santísima trinidad, que es uno pero son tres. O siendo menos poético es como el lubricante, "tres en uno".
Porque no se debe olvidar que cada persona tiene sus necesidades y gustos, que no se puede aparcar el "tú" ni el "yo". Pero lo que define la relación es el "nosotros".
Ese filósofo de lo cotidiano que es Forges, dice:

"Ni soy tuya ni eres mío, ni mi dueño ni señor.
Yo soy mía, tu eres tuyo y nuestro amor de los dos."

El hecho es que uno da su vida y recibe también una vida, y que esa decisión primordial establece ya una de las reglas de la convivencia, uno de los fundamentos de la relación, como son el aprender a dar y el aprender a recibir.
Hay que advertir que dar es mucho más fácil que recibir. Cuando damos nos sentimos generosos, altruistas, superiores y tendemos a aislarnos en nuestra satisfacción. En cambio, cuando recibimos quedamos con una deuda de gratitud, frágiles en nuestra necesidad o en nuestro deseo, vinculados al otro por la exigencia de ofrecerle contrapartidas y, en el caso que nos ocupa, mayor amor aún. El amor, a pesar de lo que afirmaban en Love Story, no consiste en no tener que decir nunca lo siento, sino en saber dar las gracias y en sentirlas.

Palabras para una boda (Alejandro Gándara)

Así que lo cierto es que estamos aquí y, que si Aida y Andrés no escapan antes de tiempo,a causa de "esti rollu", todavía seguiremos en este lugar un rato más y les veremos casados. Más tarde brindaremos por su felicidad, mientras ellos nos honran con su amor.

Don Miner Corleone
El Padrino

martes, 20 de julio de 2010

LAS VENTANAS (CHARLES BAUDELAIRE)



El que mira desde fuera por una ventana abierta no ve nunca tantas cosas como el que mira una ventana cerrada. No hay objeto más profundo, más misterioso, más fecundo, más tenebroso, más deslumbrante, que una ventana iluminada por la luz de un candil. Lo que puede verse al sol es siempre menos interesante que lo que sucede tras un cristal. En ese agujero negro o luminoso vive la vida, sueña la vida, alienta la vida.
Más allá de las oleadas de tejados veo a una mujer madura, arrugada ya, pobre, inclinada siempre sobre algo y sin salir nunca. Con su rostro, su vestido, su gesto, su casi nada, he rehecho la historia de esa mujer o, más bien, su leyenda, y algunas veces me la cuento a mí mismo llorando.
Si hubiese sido un pobre viejo, habría rehecho la suya con la misma facilidad.
Y me acuesto, orgulloso de haber vivido y sufrido en otros distintos de mí.
Puede que me digáis: "¿Estás seguro de que esa leyenda es la cierta?". ¿Que importa lo que pueda ser la realidad que se encuentra fuera de mí, si me ha ayudado a vivir, a sentir que soy y lo que soy?

Pequeños poemas en prosa
Charles Baudelaire

P.D. Habitación en Nueva York.
E. Hopper, 1932

lunes, 19 de julio de 2010

PUENTE DE BROOKLYN Y EMPIRE STATE BUILDING



(...)Una tremenda helada que mantenía congelado el East River durante semanas y la saturación que empieza a experimentar la isla de Manhattan servirán de estímulo para la construcción del puente de Brooklyn. El ingeniero John Roebling y su hijo Washington lo hicieron realidad: un empeño plagado de contratiempos. Un transbordador le aplastó el pie a John Roebling y murió al cabo de tres semanas a consecuencia de la infección. Su hijo Washington enfermó de apoplejía tras emplearse a fondo junto con los operarios que excavaban los cimientos de las torres en el lecho del río, y se quedó inválido para el resto de sus días: supervisaba las obras desde la ventana de su casa en la orilla de Brooklyn. La construcción del puente de Brooklyn señaló el comienzo del Nueva York heroico, y la conquista de las alturas: el puente se convertiría en la estructura artificial más alta de la ciudad, una cota que conservará hasta que a comienzos del siglo XX empiecen a descollar los rascacielos. El futuro se presenta a la vista: acero y electricidad . Gracias al acero se levantarán estructuras cada vez más altas, y la electricidad unida a la invención del ascensor, engendrará la ciudad vertical(...) Pese a que fueron en su mayor parte obreros irlandeses y alemanes los que tejieron el que sería en su día el puente más largo del mundo, los primeros se negaron a asistir a su inauguración el 24 de mayo de 1883 porque era el día de la reina de Inglaterra.Tampoco Washington Roebling compareció: las relaciones con la empresa constructora se hicieron cada vez más ásperas, agravadas por episodios tan bufos como la compra de acero defectuoso que hubo que sustituir para no hacer peligrar toda la estructura. Roebling hijo logró sin embargo preservar así el legado y el prestigio de su inspirado padre, inventor del cable de acero y notable constructor de puentes, el primero en intuir que al suspender el puente de cables anclados en dos grandes torres de piedra lo haría mucho más estable y resistente. Su fortaleza está a la vista: los arcos ojivales sirven de pórtico tanto a Brooklyn como a Nueva York. El paso superior fue reservado a los peatones, lo que permite disfrutar no sólo de toda su envergadura , sino de un extraordinario panorama sobre la bahía, el East River y la estriada punta de la lengua de Manhattan.
Una semana después de su inauguración, el Memorial Day, se desató el pánico entre la muchedumbre que abarrotaba el puente. Se corrió la voz de que se hundía y en la estampida murieron doce personas(...)




El Empire tiene 381 metros de altura y 102 pisos, y desde él se percibe la forma total de la isla de Manhattan. Se construyó tan deprisa que había acero en Pittsburg que no había tenido tiempo de enfriarse del todo cuando era izado y ensamblado. La productividad de sus albañiles y soldadores- azuzados por el temor de ser despedidos en medio de la oleada de quiebras- fue insólita trece meses tardaron en terminar la obra rematada con un mástil de acero pensado para que allí hicieran amarre los dirigibles, una variante insólita del gran muelle de Manhattan para todas las formas de viaje y navegación. Seis obreros murieron durante su construcción. La decisión de construirlo en la esquina entre la calle 34 y la Quinta Avenida le hace reinar imbatible en el centro de Manhantta, como un faro para los que se pierden. Por si quedaran dudas, un mural dorado en la planta baja caracteriza al edificio como un verdadero faro, "enviando una consoladora llamarada atraves del mapa del noroeste", escribe Peter Conrad en The Art of the Cityruid. El terreno donde fue construido Fue comprado por John Thompson en 1799 por 2.500 dólares para levantar una granja(...) primero acogería el primer Waldorf Astoria, un hotel que para sobrevivir a su propia ambición vendería el solar y se mudaría a su actual emplazamiento en la parte más ostentosa de Park Avenue. En el antiguo terreno fue donde el arquitecto William F. Lamb construiría el rascacielos.Un edificio que -según escribía E.B. White en 1948 en, Esto es Nueva York- contaba con un empleado para descargar el agua de los retretes en épocas laxas; ha sido embestido por un avión en medio de la niebla y zarandeado por rayos en incontables ocasiones, y ha servido de trampolín postrero para tantos desgraciado que los peatones apresuran el paso de forma instintiva cada vez que pasan por la Quinta Avenida y la calle 34. Ahora ya nadie teme ser aplastado por un suicida, porque ha sido vallado el observatorio.


Diccionario de Nueva York
Alfonso Armada
Ediciones Península
Barcelona

viernes, 16 de julio de 2010

LA EXPERIENCIA

Anduve de tabla en tabla
con paso lento y prudente.
Sentía en derredor las estrellas,
en torno a mis pies el mar.
Sabía que quizá la siguiente
fuera la pisada final.
Y anduve con ese precario paso
que algunos llaman experiencia.

Emily Dickinson


Hay revelaciones que no están pensadas para nosotros. Chuang- tzu (que en el siglo IV a.C. soñó ser una mariposa y, al despertar, no supo ya si era Chuang-tzu que soñaba ser una mariposa o una mariposa que soñaba ser Chuang-tzu) escribió este cuento: 
" El hijo de una familia pobre se gana la vida pescando perlas. Un día se lanza al mar y vuelve a la superficie con una perla que vale mil piezas de oro. En lugar de felicitarlo, su padre le ordena que destruya la perla con una piedra. Su razonamiento es que si una perla vale mil piezas de oro ha de ser  tan rara que sólo se encuentre en una sima de nueve brazos de profundidad y bajo la barba de un dragón negro. De ahí deduce que el joven sólo pudo llevarse la perla porque el dragón se había dormido. "¡Piensa- hijo mío, concluye- en lo que te sucederá cuando el dragón despierte!"

martes, 13 de julio de 2010

DOS VERSIONES DE UN MISMO TEMA



"Hay posado en un árbol un pájaro
que se extraña de la gente
porque ni el más sabio sabe decir
dónde se encuentra la suerte..."


Un mercader de Bagdad envía a su criado a comprar provisiones. En el mercado, una mujer le empuja; al volverse, la reconoce: es la Muerte. El criado corre a casa, pálido y tembloroso, y suplica a su patrono que le preste su caballo: tiene que irse de inmediato a Samarra y ocultarse donde la Muerte no le encuentre nunca. El mercader accede, el criado parte. El mercader, acude mas tarde al mercado, aborda a la Muerte y la reprende por haber amenazado a su criado. "Oh", contesta la Muerte, "yo no he hecho un gesto de amenaza, sino de sorpresa. Me ha sorprendido ver a tu criado en Bagdad esta mañana, porque tengo una cita con él en Samarra esta noche."

W. Somerset Maughan


"Lo que en verdad queda de mí
es justamente eso: mi ausencia"
Ted Hughes


Pavel Apostolov fue musicólogo, compositor para banda de percusión y metales, y vitalicio perseguidor de Shostakóvich. Durante la gran guerra patriótica había sido coronel al mando de un regimiento; más tarde llegó a ser un miembro destacado de la sección de música del Comité Central. Shostakóvich dijo de él: "Montaba un caballo blanco y abolió la música." En 1948, el Comité de Apostolov obligó a Shostakóvich a abjurar de sus pecados musicales y le condujo al borde del suicidio.
Veinte años después, la Sinfonía 14 de Shostakóvich, obsesionada con la muerte, se estrenó "a puerta cerrada" en la sala pequeña del conservatorio de Moscú. Fue, en efecto, una audición privada para expertos musicales soviéticos, sin el peligro de que la nueva obra contagiase a un auditorio más amplio. Antes del concierto, el autor se dirigió al público. El violinista Mark Lubotsky recordaba que Shostakóvich dijo: "la muerte es aterradora, no hay nada más allá. No creo en la vida después de la muerte." Luego pidió a los presentes que guardaran el mayor silencio posible porqué se iba a grabar el concierto.
Lubotsky estaba sentado al lado de una administradora de la residencia de compositores; unos asientos más allá había sentado un hombre de edad, calvo. La sinfonía había alcanzado su quinto movimiento, intensamente silencioso, cuando el hombre se levantó de un salto, plegó su silla con un fuerte golpe y salió disparado de la sala. La administradora susurró: "¡Qué canalla! Intentó destruir a Shostakóvich en 1948, pero no pudo. Todavía no ha cejado, y se ha ido para estropear la grabación adrede." Era, por supuesto, Apostolov. Lo que los presente no supieron, sin embargo, era que el destructor había sido, a su vez, destruido: por un ataque cardíaco que resultó ser mortal. La "siniestra sinfonía de la muerte", como la llamó Lubotsky, le estaba dando de hecho una despedida lúgubre.

Julián Barnes

sábado, 10 de julio de 2010

FELIZ ENCUENTRO

El mundo está lleno de pequeñas alegrías; el arte consiste en saber distinguirlas.
Li Po

FELIZ ENCUENTRO

El viento de la primavera nos embriaga
y sería feliz si los tres pájaros azules, mensajeros del cielo,
quisieran llevarte de cuando en cuando mis tiernos pensamientos.
Debes saber que el tiempo se va raudo,
nuestros negros cabellos muy pronto serán blancos.
Lamentamos la juventud perdida
¡pero ella no retorna nunca más!
¡Quiero decirte que te amo
y ojalá que tu amor responda al mío!

La vida humana se parece a la cera que se escurre de los cirios,
cuando la cera se consume, la luz se extingue.
Las flores se abren más y más bellas en las ramas;
mientras la primavera avanza hacia su fin
ellas sólo piensan en las delicias del rocío y la lluvia,
¡no piensan nunca en su fin tan cercano!
Cuando mi alma se evadió de mi cuerpo rígido,
yo estaba triste al ver mi sepulcro en Tangtú.
La niebla matinal envolvía el bosque de pinos verdes
y allá lejos, la aldea se hundía entre la bruma.
Pero después de la muerte de mis hijos amados
ninguna atadura terrestre aprisionó mi alma.
Entonces suspiré largamente y subí al Kuen-Luen.
Siempre borracho de vino, me vestí con un traje parecido a las plumas del fénix.
El monte es tan elevado que se pueden coger las estrellas a sus pies.

LI PO

EL PLACER DE LA LECTURA

...Y una cosa más, lo digo de corazón: soy una persona anticuada que cree que leer libros es el pasatiempo más hermoso que la humanidad ha creado. El Homo ludens baila, canta, realiza gesto significativos, adopta posturas, se acicala, organiza fiesta y celebra refinadas ceremonias. Para nada desprecio la importancia de estas diversiones: Sin ellas, la vida humana pasaría sumida en una monotonía inimaginable. Sin embargo, son actividades en grupo sobre las que se eleva un mayor o menor tufillo de instrucción colectiva. El homo ludens con un libro es libre. Al menos, tan libre como él mismo sea capaz de serlo. Él fija las reglas del juego, subordinado únicamente a su propia curiosidad. Puede permitirse no solo leer libros inteligentes de los que aprenderá cosas, sino también libros estúpidos de los que algo sacará. Es libre de no leer un libro hasta la última página, y de empezar otro por el final e ir retrocediendo. Puede echarse a reír en un punto no destinado a ello o, de repente, detenerse ante unas palabras que recordará durante el resto de su vida. Y, finalmente, es libre - y ningún otro pasatiempo puede ofrecerle esto- de escuchar de qué habla Montaigne o de zambullirse en el Mesozoico por un instante.
...Aún hoy recuerdo la desesperación con que contaba el menguante número de páginas que restaban. Finalmente llegó aquel cruel instante en el que leí la palabra "fin".

Wislawa Szymborska


La literatura es una de las formas de la felicidad; quizá ningún escrito me haya deparado tantas horas felices como Chesterton. No comparto su teología, como no comparto la que inspiró La Divina Comedía, pero sé que las dos fueron imprescindibles para la concepción de la obra.
Chesterton, cierta vez, estuvo a punto de visitar Buenos Aires, yo iba a ser invitado a la comida de recepción; el hecho me alegró, pero no pude dejar de sentir que mágicamente era mejor que no viniera y que permaneciera en su límpida lejanía. Además, pensé que lo conocía como a mi mejor amigo y que eso ya esa suficiente.
De la fe anglicana pasó a la católica, que , según él, está basada en el sentido común. Arguyó que la rareza de esa fe se ajusta a la rareza del universo, como la extraña forma de una llave se ajusta exactamente a la extraña forma de la cerradura.
Su secretaria y mejor biógrafa, Maisie Ward, ha cometido la buena indiscreción de confiarnos que el maestro, antes de iniciar el dictado, trazaba furtivamente con el cigarro la señal de la cruz. Este obeso gigante no dejó nunca de entregarse al amparo divino.

J.L. Borges

lunes, 5 de julio de 2010

EL PRIMER TRAVESTI DE LA HISTORIA



EL PRIMER TRAVESTI DE LA HISTORIA

El primer travesti de la historia fue la reina Hatshepsut. Hace tres mil años la reina se quedó viuda del Faraón y claro con ese nombre ,y, además con un marido momia, sólo se podía ser Faraona. Pero éso en Egipto era inaceptable. Así que se vio obligada a cambiar su sexo en las apariciones públicas en las que se presentaba, llevando pegada una barba y una minifalda de hombre.


ENREDOS FAMILIARES

Cleopatra es un nombre griego hereditario de la dinastía greco-macedonia de los ptolemaicos, la cual reinó en Egipto tras la desintegración del Imperio de Alejandro Magno (gran coñac).
Y ahora viene el lío, hubo siete Cleopatras, la más conocida fue la VII . Los ptolemaicos adoptaron la tradición de los faraones, quienes imitando a los divinos hermanos Isis y y Osiris, se casaban entre si. Con este tipo de matrimonios los padres eran a la vez tíos de sus hijos y estos, además de ser hijos, eran sobrinos de sus padres y primos entre si. Y los abuelos en vez de cuatro eran dos, con el consiguiente ahorro en pensiones de jubilación. ¡Ay como se entere ZP!
Pero Cleopatra II que salió un poco pendona, primero se casó con su hermano mayor, como Dios manda, bueno, como Osiris manda. Pero cuando el hermano mayor murió, la Cleo II se casó con el pequeño. Éste, que era otro golfo, le pareció poco la Cleo II , que por cierto era hermana y cuñada, y se casó con la hija del primer matrimonio de ella, vamos con su propia sobrina y además hijastra, también cuñada de su propia madre (como esposa de su hermano)... El cuento sigue pero ya no puedo más. En la vida de Cleopatra VII, apareció Julio Cesar (no confundir con el portero de Brasil) y luego Marco Aurelio, con lo que todos fueron felices, y salieron en La Noria de Tele5.



sábado, 3 de julio de 2010

LA BALANZA DE OUDEWATER



El sobrepeso no siempre fue malo para la salud. En la época de la caza de brujas, viajar en escoba requería estar delgada. Así que, mejor gorda y con aspiradora.

EL PESO DE LA JUSTICIA

En el pueblo holandés de Oudewater, había una báscula con la que se pesaba el queso y la harina en los días de mercado y, si era menester, también se pesaba a la gente. Regía en aquellos tiempos la creencia de que las brujas pesaban menos  de lo que indicaba su altura y su corpulencia, y por ello, esta práctica se llevaba a cabo en muchas localidades, siempre con consecuencias fatales para las sospechosas. La báscula de Oudewater se ganó una gran fama como un oráculo infalible y definitivo. Centenares de fugitivos venidos desde países limítrofes e indigentes asustados y acosados le fueron ofrecidos. A la hora de pesar se seguía un ceremonial reglamentario en presencia del jurado y el pueblo. A continuación, ya en el ayuntamiento, después de haber escuchado el informe del jurado, elaboraba un certificado, este se rubricaba con sus firmas y se entregaba sellado al individuo que había sido pesado. ¡ y jamás de los jamases el informe incluyó un veredicto de muerte! La presunta bruja podía entonces volver a su vida y a su tierra natal sin miedo, con veredicto que decía por escrito que su peso era el apropiado. La báscula de Oudewater aún se conserva como si fuera un monumento. Que el destino la conserve  a  través de los siglos junto con el recuerdo de aquellas gentes que, alrededor de ella, celebraban aquella saludable comedia, sin pestañear, sin dejar entrever que el resultado de la báscula ya había sido determinado de antemano. No sólo eran  buenas personas, sino también astutas. La bondad sin astucia no sirve de nada.

Lecturas no obligatorias
Wislaba Szymborsa
Brujas: historia de los juicios contra la brujería, Kurt Baschwitz 






jueves, 1 de julio de 2010

RAZÓN CONTRA LOCURA



Al gusano
que primero royó
las frutas de mi cadáver
dedico
con sentido recuerdo
estas
memorias póstumas


MEMORIAS PÓSTUMAS DE BLAS CUBAS relata las vicisitudes de un hombre empeñado en la estéril búsqueda de la eternidad. Su infructuoso intento lo conduce a la irremediable muerte, desde donde narra su agitada vida interior, la relación con sus semejantes y el paulatino descubrimiento de la vacuidad existencial que envuelve a los hombres.


RAZÓN CONTRA LOCURA

Ya habrá comprendido el lector que era la Razón que volvía a casa e invitaba a la Locura a salir, clamando, y con derecho, las palabras de Tartufo:

La maison est à moi, c`est à vous d`en sortier.

Pero es sino de la Locura crear amor por las casas ajenas, de manera que, apenas dueña de una, difícilmente se la podrá desalojar. Es su sino; no se sale de ahí; hace mucho que se le ha encallecido la vergüenza. Ahora, si advertimos el inmenso número de casas que ocupa, unas de golpe, otras durante las estaciones más sosegadas, concluiremos que esta amable peregrina es el terror de los propietarios. En nuestro caso, hubo casi un disturbio en las puertas de mi cerebro, porque la advenediza no quería entregar la casa, y la dueña no cedía en su intención de tomar lo que era suyo. Por último, ya se contentaba la locura con un rinconcillo en la azotea.
-No señora-replicó la Razón-: estoy cansada de cederte áticos; cansada y escarmentada: lo que quieres es pasar a la chita callando de la azotea al comedor, de ahí a la sala y a toda la casa.
-Está bien, deja que me quede algún tiempo más, que ando en la pista de un misterio...
-¿Qué misterio?
-De dos-enmendó la Locura-; el de la vida y el de la muerte; sólo te pido unos diez minutos.
-Siempre lo mismo..., siempre lo mismo...
Y diciendo esto, la agarró por los puños y la arrastro hacia afuera; después entró y se encerró. La locura todavía gimió algunas súplicas, gruñó algunos rezongos; pero pronto se desengaño, sacó la lengua en señal de mofa, y siguió su camino...

Memorias póstumas de Blas de Cubas
Machado de Assis