martes, 1 de agosto de 2017

LAS ÚLTIMAS PALABRAS

Si la vida es breve las últimas palabras no podían ser menos. Carme Riera utiliza el truco del falso manuscrito. Un librero de viejo se ofrece a hacer de mediador entre la escritora y un misterioso poseedor de unos papeles en los que el archiduque Luis Salvador de Austria le dicta a su secretario particular Erwin sus últimas voluntades. Confidencias de toda una vida. Carme Riera a partir de ese supuesto manuscrito crea la novela. Luis Salvador de Austria fue un pionero del turismo en las Baleares llegó como espia y se quedó toda la vida. Magaluf tira mucho. Sobrino del emperador Francisco José tuvo una existencia agitada en lo sentimental ya que le daba a los dos palos. Sufrió dos amores no correspondidos. Además era un poco guarrindongo. Vestía de forma descuidada casi siempre con la misma ropa llena de manchas. Vratislav Viborny su secretario y gran amor prefirió hacer "balconig" y tirarse a la piscina antes que seguir siendo el amante de Luis Salvador."Adiós, Alteza imperial. Me voy a verla". Y el jodido se arrojó al mar. Lo mismo pasó con Catalina una campesina de la isla. Menos mal que Luis se apellidaba Salvador. Como miembro de la dinastía de los Habsburgo sabía muchas cosas de las que se cocían en el imperio. Por ejemplo, a Sofía Chotek el emperador no la dejaba que se sentará junto a su marido en la corte, ni que lo acompañara en los actos públicos por no ser descendiente de reyes por los cuatro costados. Para una vez que se sienta con Francisco Fernando en Sarajevo le ponen una bomba. No sigo porque voy a terminar desvelando el secreto de la Primera Guerra Mundial. Para saber más hay que leer el libro de Carme Riera. La escritora tiene que sacar dinero para pagar el caro manuscrito.

      

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