Pierre Angot es un burgués parisino que conoce a una chica judía de origen humilde, Rachel Schwart, de esa relación nace Christine Angot. Pierre no quiere saber nada de matrimonio y mucho menos de reconocer a la hija. Cuando al fin la reconoce, la relación padre hija tiene consecuencias. El incesto."No reconocer una prohibición que se aplica a todo el mundo supone la distinción suprema". Para hundir a alguien lo mejor es humillarlo. Pierre formó una familia con una mujer de su clase a la que no quería. Madre e hija son rechazadas porque no son de la clase social de Pierre, nunca podrán pertenecer a su mundo. Una"raza" diferente, superior, que impone reglas. El rechazo social llevado al amor. "Si fueras rica quizá me lo hubiera pensado". Vale la pena leer esta novela aunque no sea más que por el final, en el que la escritora hace un brillante reflexión sobre el amor entre personas de clases diferentes. El resto se lee con agrado durante la merienda. El chocolate según Casanova es afrodisiaco. Hay una parte de la crítica, de la prensa y de la sociedad francesa que ataca a Christine Angot por sus maneras agresivas. A lo mejor es que destapa algo que no huele bien en esa sociedad. ¿Qué es la verdad? La verdad es lo que ellos decretan. No lo que es. A esa gente les trae sin cuidado la verdad. Esto me suena. Se puede aplicar también a la política cuando los que nos gobiernan son gente de clase superior. PePe no me des tormento.
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