La portada del libro está ilustrada con una foto de los padres de Hector tomada un mes después del desembarco de Normandía en el club naval Campeche frente al Golfo de México. De los rostros de la foto inicial no quedan sino escombros, el eco juvenil de una sonrisas, alguna frase clara que cruza por el cerco tembloroso de los labios... La muchacha sonriente de la foto tiene ahora ochenta y cuatro años. El joven que será mi padre tiene ochenta y siete...entre ellos ya sólo queda un rumor sellado por un resplandor de olvido. Todo comienza en Asturias cuando Manuel Camín abuelo de Hector sale del Musel hacia Cuba, primer destino, para termina instalándose definitivamente en Chetumal. Emma Camín se casa con Hector Aguilar y tienen cinco hijos, entre ellos Hector Aguilar Camín. El libro empieza por el final. Por el final de los padres cuando ambos coinciden en el mismo hospital pero en plantas diferentes. En el año 1959 el padre se va de casa y reaparece treinta y seis años después.Tengo una vida de no verlo y él una vida de no ser el que yo recuerdo. Con la aparición del padre se cierra el circulo fantasmal que ha llenado la vida del protagonista. Tirando del hilo de los recuerdos Hector Aguilar construye una hermosa novela en la que el centro de la misma es su madre Emma y su tía Luisa Camín. Las cubanas. No se si, Adiós a los padres, es una novela, unas memorias o un libro de aventuras, lo único que se es que la realidad supera a la fantasía. Hermoso libro. Un largo y conmovedor adiós.
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